martes, septiembre 27, 2005
lunes, septiembre 26, 2005
domingo, septiembre 25, 2005
subterfugio
¿De qué beso lejano retornaste
que reconozco cada uno de
tus fuegos?María Clara González
sábado, septiembre 24, 2005
catarsis para la cuarta semana de septiembre: 5
Te pones el delantal y la sonrisa, de las que se gestionan con la muela de atrás. Te armas de cuchara, pinzas y toda la otra parafernalia para servir comida. Tu jefe chino no dice na', pero te está "chequeando" el culo y sientes el peso de su mirada en tu zona nalgable, la misma de la cual canta Calle 13 ahora en el altorparlante del fast food. Si hubieses terminado el cuarto año, no estarías ahora cuchara en mano. Miras el reloj de la pared. Son las 6:43. Dentro de pocos minutos saldrá la manada del cine y la mitad, hará parada en los chinitos. La sonrisa se te asfixia de solo pensarlo. Miras tu reflejo: el negro y el rojo nunca han sido colores que te favorezcan, eres muy jincha para eso. Ya oyes el murmullo de la gente que se acerca, ahora los ves a través del cristal de la vitrina. Entran en procesión: uno, dos, siete, doce personas, familias enteras...Tu jefe ya ha terminado de saborearse tu culo. Ahora le toca a otros, saborear esa comida.
-"¿Quiere pepper chicken?", preguntas.
-"¿Y qué tipo de carne tiene el pepper chicken?" te interroga una señora muy cursi.
No sabes si reir o llorar...si tan sólo hubieses terminado el cuatro año.
viernes, septiembre 23, 2005
cuarta catarsis: este se va sin septiembre y sin título
a los hombres invisibles que me leen
me abandono en palabras
para que te toques con ellas
y así sentir
las manos ásperas
de tus ojos
en mi cintura abierta.
y mis labios,
balbuceados en los tuyos
serán tardes rotas
en la sombra de tu barba.
me reescribo
en tu mirada
para pulsar aliento
como si tu sílaba de eco
quedara vacía en mi boca
no lo sabes
pero leo esa distancia
de no cruzar tu centro
y eso,
me enseña a desnudar mis ojos,
a desnudarme de ojos
a desnudar los tuyos.
tócate.
así,
me tocarás a mi también.
jueves, septiembre 22, 2005
catarsis para la cuarta semana de septiembre: 3
Veintidós. Felix Veintidós. Así se llama. El tipo es más personaje que su propio nombre. Nació en Puerto Rico, siendo su familia propietaria de las colindancias de las tetas que ahora parecen ser de Salinas. Pero él niega rotundamente sus raíces aunque a fin de cuentas, la mancha de plátano se le ve cuando habla de su niñez. Vivió 26 años en Argentina trabajando con la CIA. Mi papá aún se cuestiona cómo alguien como el viejo -así le llama de cariño- había conseguido trabajar para tan prestigiosa agencia.
Con un acento de "s" lavá', medio aspirada, pillada aun en la garganta y con sabor a jota, se las guilla de argentino. Si tan sólo su acta de nacimiento aún existiera, se le podría creer tal cosa. Setentoso en edad y espíritu, viste pantalones poliéster pues es tacaño como él sólo y dice que esa ropa (remendada una y otra vez) aún sirve. Alardea de los tangos de Gardel y siempre habla de Argentina con cierta nostalgia, relamiéndose por otros tiempos.
Hace poco, salió temprano de su casa. Iba a hacer los mandados de la doñita a la Plaza del Mercado. La plaza le gusta más que el apartamento tipo caja de zapatos en el que vive -bendita solución la de Corbusier. Se comió una alcapurria del puesto de la esquina, de esas que le había prohibido el colesterol, porque a caballo regalao' no se le mira el colmillo. Se sentó en El Platanal y habló con los otros tantos ventidós que se pasan en la plaza matando el tiempo -como si ya hubiesen expirado sus días de productividad y estuvieran destinados a jugar dominó, caballos, lotería y quedarse en la casa excomulgados del mundo. Claro, exceptuando los días de cobro de cheque, cuando Río Piedras hace su agosto.
Estaban allí reunidos Ramoncito y El Indio, sus amigos. Tocaron guitarra, cantaron un rato y él declamó una poesía, removiéndose su boinita de cuadritos en acto solemne. Aplaudieron. Miró el reloj y probó prisa. Ya era mediodía. Tenía que hacer sus compritas y dirigirse, cumpliendo el estricto horario autoimpuesto y como si fuera peregrinación diaria, al taller de un amigo suyo en la Arzuaga, a quien le hacía mandados.
Como el depósito del seguro social iba directo al banco y ya estaba entrenado en la ciencia de las ath, prefiería el plástico que un robo de efectivo a mano armada. Haciendo la fila para pagar, se dió cuenta de que no tenía la tarjeta. Metió la mano en el bolsillo a la par que hizo memoria: estaba seguro de haberla puesto allí. Triste es el caso, pero lo único que encontró en el bolsillo fue un roto. La doña no había remendado el pantalón. Desesperó. Como si no supiera a dónde más dirigirse, llegó al taller del técnico y contó su dilema.
-"Viejo, pero no te preocupes. Ve al banco y repórtalo. Con tal de que no hayas puesto tu apellido como número secreto..."
Veintidós, hizo inventario de mea culpa en sus ojos.
miércoles, septiembre 21, 2005
catarsis para la cuarta semana de septiembre: 2
martes, septiembre 20, 2005
catarsis para la cuarta semana de septiembre: 1
"..Y el papá decía
al verlo llegar
mi hijo ha regresado,
vamo' a celebrar"
Juan en la ciudad
Richie Ray y Bobby Cruz
Echó carrera para sacar la peseta del pasaje y escabullirse entre los bultos y paquetes que hacian fila. Era la última guagua en dirección a su casa y la gente estaba pegajosa."Fo"-acababa de llover y subía ahora un sopor en los ojos de todos junto al vapor: ambos dignos del trópico de cemento que es Río Piedras. Salida del embudo de gente, subió los tres escalones y con el arte que le había provisto la práctica diaria del depósito de monedas, pasó sin más problemas, a la par que esgrimió un 'buenas tardes' al chofer. Este estaba demasiado absorto en el tucutú que hacía con sus manos en el guía al son de la música que el fiel y destartalado radiecito seguía zumbando. Mientras, ella escuchaba su no respuesta.
Ya en el pasillo, tasó el mejor asiento: pasados los laterales reservados para mayores e impedidos, los primeros dos, los de la izquierda, que miraban hacia al frente. Allí el espacio garantizaba nulidad de pisotones anónimos y mejor aún, estaban desiertas las dos sillas. Tomaría la de la ventana, una esquinita sagrada en el tapón vespertino que ocasionaban los concurrentes arreglos y desarreglos en las calles celulíticas -las mismas que le dan de gratis un recorrido tipo roller coaster a cualquiera. Al menos la ventana fungiría temporeramente como escape de la también ataponada guagua. Aparte, sentarse allí significaba que no tendría que aguantar la pestecita a ron, sobaco, tabaco y otros inmencionables que despiden algunos que quedan de pie, quienes miran luego con ojos de pescao' frito como quien dice "conmigo no es la cosa".
Se sentó y en su mundo, apartada de todo el mundo, sacó el libro que había dejado a medias a la hora de almuerzo. Al lado se acomodó un señor mayor, bastón en mano. Por cosas del destino, o mejor dicho, por cosas de las líneas de agua mal diseñadas en el sistema de aire acondicionado de la guagua, comenzó a gotear sobre el preciado asiento de la esquina, en el preciso instante del beso y las promesas de amor que hacía el galán en la novela. La mujer, sobresaltada-no se sabe si por la abrupta interrupción a las palabras del guapérrimo William o por el plan de contingencia que ésto representaba- tuvo que hacer lo insólito: abandonar la esquina, mudarse de asiento, sentarse más al frente, como investida para recibir hoy los pisotones públicos. Resignada -peor hubiera sido tener que quedarse de pie-le pareció que doñita del dubi sería mejor compañera de viaje que el regordete de la fundita de papel con olor a manteca. Prefirió no sacar a pasear de nuevo al galán y guardó el libro, ya habría tiempo para él. En realidad iba incómoda, no tenía concentración para leer. Si tan sólo puediera hacer como Dorothy. Lo único que le faltaba era chocar sus tacones rojos...
Entró Luisito. Llevaba en un shopping, de esos que venden a peseta en el paseo, un abanico medio destartalado, pero el flaco iba más contento que un perro con dos rabos porque "yo conozco pal de gente que bregan y me pueden ayudal a arreglal esto". Eso le comentaba al chofer mientras alardeaba de su hallazgo. A Luisito lo conocían todos...bueno, todos los que fecuentan la ruta b-26. Es tecato, había estado en la cárcel en un entra y sale por posesión que prometía seguir repitiéndose en el intento de romper en frío con sus demonios y sin rastro de rehabilitación alguna. Eso sí, siempre traía un "hallazgo" para arreglar y vender y hacer unos cahvitos para darle dinero a su hijo. Su hijo: "chacho, está grande..ya va pa' primel grado y es inteligente como él solo. Eso sí, salió lindo a la mai, polque a mi..." aseguraba aquel hombre, con un orgullo que era más grande que su estatura de 5'4 mientras sacaba un paquetón de papeles de su blosillo, hasta encontrar la foto del nene. Se la enseñó a todos, extendiendo sus brazos tatuados: "a él yo no quiero que le falte na'..."La señora del dubi sonreía triste.
Estaba como a eso de cinco paradas para poderse bajar. Y ella deseperada porque el William se repetía una y otra vez con esas palabras dulzonas en su mente. Ya casi estaría en casa "sólo cinco paradas, sólo cinco". El zumbador soneaba ahora a Richie Ray y Bobby Cruz con su clásico de Juan en la ciudad. La emisora estaba promocionando su próximo concierto en Bellas Artes. El chofer retomó su guía de tambor e hizo una parada. El gordito tatareaba como si apenas se supiera la letra, entredientes. Luis cantaba una que otra línea y se tiraba pasitos en alarde de sus dos pies izquierdos, estirando, masticando las palabras: "y el papa lararara.. al verlo lara mi hijo ha regresado, vamo' a celebrar."La mujer taconeaba el ritmo en rojo con cierto discimulo. La señora del dubi, bueno...la señora del dubi, agarraba -con ojos aguao's- un crucifijo de oro que colgaba de su cuello. Como si con ese gesto pudiera hacer que el Jesucristo sintiera algún pellizco y le hiciera caso a un dolor que ni las palabras del William hubieran podido endulzar.
El gordito miró entonces a la mujer: la mujer miraba a la señora del dubi, la señora del dubi cerraba los ojos, Luis cantaba y se tiraba algún paso, el chofer tamboreaba el guía: llegaba la próxima parada.
Con un nudo en la garganta, igual de instantáneo que el café decaf que se había tomado por la mañana, la mujer pensó que aquel hijo pródigo de la canción, era el mismo por el cual la señora del dubi vivía agarrá' de la cruz, el mismo del cual Luis sólo era réplica. Apretaba el nudo. Fue entonces que recordó tener, en alguna parte de su cartera, la estampita aquella de La Milagrosa. La guardaba desde su graduación de la high. Buscó a toda prisa. La guagua paró en seco de nuevo y sin haberse dado cuenta, ya la Miss Dubis se había levantado y caminaba hacia la puerta. Terminaba la canción. Ella quedó con la estampa en mano. El gordito miró el gesto y una sonrisa asomó por la comisura de su boca y al unísono, bajó la cabeza.
Finalmente llegó su parada. Los tacones rojos le seguían apretando, ahora le tocaba caminar a casa, en donde la esperaba el William. Pensó en la complicidad que se había hilado entre el gordito y ella. Pensó en la ciudad soneada con aquella canción, la misma que se repite -más o menos- en cada uno de los de la ruta 26. Mañana, dejaría el libro.
read along para simple
ruedo
hasta la esquina
de la mejilla,
a tu azabache pelo
que me dobla el aliento,
exponencial,
porque hueles tanto
a la primera vez.
¿ves?
simple.
read along para leit motif
me lavo las manos
para ver si me limpio de toda culpa,
pero I fail to see
que todo bactericida
es impune ante la muerte.
y mis ojos supuran un acuoso extraño
que sólo he visto en telenovelas.
y resguardo mi rostro
del leit motif
con mis manos insurgentes.
así,
me vomito en tu angustia.
domingo, septiembre 18, 2005
como el malestar que se siente
cuando irrumpe en el esófago
una sopa de letras.
acuosas y con sabor a bilis
se tiñen de verde mis palabras,
acaso por la envidia de no crecer del ausubo
y regalarse en primavera
como hojas en creciente brote.
tendido en el piso
el revoltillo opaco de este rompecabezas,
relevo mi impaciencia
a la búsqueda de unidades,
conjuntos,
pensamientos todos.
jueves, septiembre 15, 2005
Ashtray hands
enveloped my voice
in the warren echoes
of a lost child,
fumbling words
written with smoke
and cigars
and lips
and in ever new voices
that kept fading away.
Ashtray hands
kissed my hips
with lips of crimson tides
and grays in shades of everchanging
exhaled my vultered eyes.
No more will they raven your touch
for they cannot see.
I'll just pick up my things
and go
'cause I've given up
my treacherous ways.
I'll smoke no more.
I'll smoke no death.
So take a mint
and let the wind
smoke you,
instead.
miércoles, septiembre 14, 2005
a mi ahijada, jezybel
arte de jezybel
solecito,
maraña de rizos negros
que avivas el día con solo existir
hoy te he comprado
un vestido amarillo
para que te vistas de amanecer.
haces caer murallas
de enemigo en enemigo
con la sonrisa dibujada
en tu mirada.
ojitos de sueños de infancia
duérmete un rato en mi arrullo,
aquí en mi regazo,
para que nunca crezcas
ni carezcas.
y cuando despiertes,
cuéntame con tus dedos diminutos,
los números,
las letras,
los cariños
que ya has aprendido.
pongámoste ese vestido
para que no caduque tu risa
y vamos a contar peces
allá en el estanque.
caminemos descalzas
sobre la yerba recién cortada,
prometo vestir también de amarillo
y no abandonar tu mano
mientras practico esta maternidad prestada
que me regala contigo la vida.
martes, septiembre 13, 2005
conjugando verbos
aún hoy,
te escribo
como presente
de la primera persona
en obligada soledad.
mas,
te burlabas
en el pretérito imperfecto
de los jamás,
parloteados en
el distante tú
de tu siempre singular.
indefinido,
en un quizás
que es un quizás tan incierto,
tentaste a tientas
lo que amaste con distancia.
ahora,
primera persona,
mujer y singular,
sumida en futuro imperfecto,
en lo indicativo de confinar,
sé que nunca lograré contigo un plural,
que trascienda las formas simples del verbo amar.
quedaste en segunda persona,
como sujeto preciso,
en la distancia de este yo,
tan tuyo.
lunes, septiembre 12, 2005
post hurricane gold rush
La construcción en nuestro país ha decidido irse-no sé si es mejor decir que ha huido-, tomadita de la mano, con la recesión económica que nos arropa. Claro, el precio del petróleo está por las nubes, así que no tiene uno por qué extrañarse del efecto dominó que se hace nido en mi campo de trabajo: la apocalipsis económica está de avanzada. Inclusive, la "economía" de infraestructura y construcción creada hasta hace poco, con los mega proyectazos de gobierno desde el chu chú tren de Rosselló hasta las comunidades especiales de Sila, ahora escasea y con ello, el trabajo de muchos profesionales y obreros que dependían del gobierno. Ay el gobierno, ese gran benefactor...
Descrito ese panorama y comprobado el hecho de que todo el mundo que alguna vez prometió un trabajito cuando terminara mi grado se ha echado para atrás -amigos, ni las palas funcionan-, también con la pesadez de ver que las oficinas que sí buscan arquitectos te requieren un mínimo de 5 años de experiencia-jelou-, hace poco me encontré con un caballero en una fiesta, amigo de la amiga de la amiga de la amiga de la amiga...bueno , se imaginan el parentesco, ¿no?. Una persona no muy allegada, con quien siempre se cruza una de palabra amable. La cosa es que este señor, comenzó a inquirir sobre lo que yo estaba haciendo. "Nena! ¿Qué es de tu vida?! ¿Terminaste la tesis?¿Te casaste?-esa última, es pregunta obligadaa lo 25-¿Ya te vamos a tirar apara Miss Universe? Tan bella.. "(sí, claro). Mientras, ahí estaba yo, con mi sonrisa tipo Gladys Escalona, asintiendo o negando- juro que esa mujer tiene que haberse hecho hilos rusos o algo por el estilo, porque a mi me dolían los cachetes. Pero, bueno... luego de ese saludo, ni corta ni perezosa le comenté mi situación- es increíble el vendedor que cada uno de nosotros llevamos dentro. Don Angel Luis-así se llama- tuvo, ante mis circunstancias, una respuesta que no me esperaba: "muchacha, si yo te tengo un trabajito para ti con un ingeniero que es esposo de mi sobrina". Alargado el parentesco, intercambiamos números de teléfono, aún en contra de mi 'no engineer policy'-los que se mueven en mi campo entienden a qué me refiero- pues hay que reconocer que no sólo de pan vive el hombre..ni sus cuentas tampoco, para esos efectos.
Después de una tremenda insistencia por que me comunicara con mister engineer, con toda la prisa que merece el asunto, enviado mi resumé, hecha la entrevista, ansiosa por demás, el tipo me dice: "está muy bien, pero yo no voy a necesitar gente quizás hasta después de octubre..". Eh, caballero...¿Quizás? ¿Octubre? Sabrán que ahí quedó la cosa..
Hace poco, revisando mis corrreos electrónicos, mister engineer me escribió para informarme de una oportunidad de empleo. Qué detallista, ¿no?. De todos los lugares en los que se podría pensar, ahora New Orleans me miraba, con cara de desaastre, como oportuna oportunidad-valga la redundancia. Aparentemente, se repite la historia en una especie de 'post hurricane gold rush'. Arquitectos, ingenieros, contratistas y los etcétera de la construcción están que se les hace la boca agua, porque ahí hay trabajo pa' rato. Imaginen, casi nada, sólo reconstruir una ciudad. Claro, pienso que hay un lado muy humano en todo esto con tanta gente que habrá perdido sus casas. Lo que me pregunto es, ¿deberé abandonar a mi islita para poder ejercer mi carrera?¿es necesario? Siempre pensé en quedarme aquí, en devolverle de alguna forma u otra a mi país mi conocimiento en pro de su bienestar. Constituye un pensamiento muy noble. Mas, ante la falta de trabajo, estoy a tan sólo un clic del botón de 'send' para enviar lo que no me resume y convertirme también en minera.
sábado, septiembre 10, 2005
matemáticas
yo cediéndote un espacio
aquí dentro.
tú
erguido,
tembloroso,
ahora amontonado
con tu peso hecho liviano.
yo
hecha agua,
sudor,
sed,
urbanizadas mis fronteras
y volcado mi límite en ti.
abrazados nuestros sexos:
ru
bo
ri
za
dos.
viernes, septiembre 09, 2005
...
colgando mi sonrisa en la pared,
he hecho inventario de sueños
y los he puesto en sobre de infancia
con destino al destino.
he escrito también
un inventario de olvidos
para recorrerlos a pie
el próximo domingo del domingo.
hoy,
que es quizás mañana o ayer
o esta hora inexacta en que vivo
volveré a volverme
colgada en mi sonrisa descolgada
tejiendo espera en la respuesta posdatada
y con acuse de recibo.
jueves, septiembre 08, 2005
.:cafeomancia:.
miércoles, septiembre 07, 2005
champú
y confundes tus lágrimas
con el agua caliente.
mientras,
lees una etiqueta de champú que dice:
penetra, corrige y reestructura.
y creyendo que sería un bálsamo milagroso
te untas el ungüento mágico a toda prisa,
a ver si llega hasta lo último de las hebras
e incide en tu cerebro.
martes, septiembre 06, 2005
poema para un hombre bello, a ser leido en voz alta
de sonrisa tatuada entre sus dientes
de lenguas voraces en sus dedos:
hoy,
con ojos mojados de niebla
te silbas de silencio
inscribiendo entre mis piernas mil agujas,
hincándote a sobrevivir de nombre,
incapaz de ver que el que protege
vive en tu propia piel
balbuceándote en rimas extrañas.
mas,
grabada tu voz en mis ansias
seré tantas mujeres antes de serlo.
mientras,
vivirás cerca de la almohada,
en la esquina de la espera
justo debajo de mi reloj digital.
tú: hombre bello,
llegarás al día anunciado de tu muerte,
en que cautivo el ánimo,
serás desnudo
[y tus manos fronterizas,
como el jazz de Veloso.]
domingo, septiembre 04, 2005
finalista
Hola a tod@s:
Comparto con ustedes una noticia que acredita de que se enteren, porque hoy estoy como niña chiquita con juguete nuevo. Resulta que quedé como finalista en el certamen de poesía Olga Nolla de El Nuevo Día :) :) :) :)..super bien, no? Pero es que eso no lo es todo..cual fue mi dicha, que al leer la publicación y el laudo del certamen, con el ganador y los finalistas, justo arriba de mi poema 8, estaba allí cerquita otro finalista al cual muy bien conozco: Angel Antonio, quien entrara a la escuela de arquitectura de la UPR conmigo, allá para el 97 y con quien compartí muchos de mis intentos por escribir y viceversa. No sé por qué brinqué más: por verme impresa a mi misma o por verlo a él allí también, acompañándome; quizás por el hecho de que ahora, no tan sólo se me dió dicho reconocimiento, sino porque con ello re-conocí a Angel y me re-conocí a mí misma, pues no es lo mismo escribirse y leerse, que saber que otros te leen y te comentan.
Estoy doblemente feliz, por Angel y por mí, porque siendo así, ambos hemos ganado. A la vez, muy orgullosa, porque se nos puso de tú a tú con gente que ya ha publicado y porque reconozco que quien logró el premio, lo mereció. Además, los otros finalistas traían cosas muy buenas, y creo lo mejor de todo es que todos éramos muy diferentes.
Hoy me siento rara. Bah, que me pongo sentimental...sniff sniff...ya me despido.
Besos,
Jo
sábado, septiembre 03, 2005
long island
viernes, septiembre 02, 2005
sorbos
brindemos con nuestros cuerpos
tantas soledades juntas
pero bébeme despacito
para evitarnos la borrachera.
lúcrate de mis besos
lo absurdo que es este mundo.
aunque sea, en un segundo,
eclipsemos
-con piel rimada-
la masticada
e s
p e
r a
de ese gran porvenir.