catarsis para la cuarta semana de septiembre: 5
panda express
Te pones el delantal y la sonrisa, de las que se gestionan con la muela de atrás. Te armas de cuchara, pinzas y toda la otra parafernalia para servir comida. Tu jefe chino no dice na', pero te está "chequeando" el culo y sientes el peso de su mirada en tu zona nalgable, la misma de la cual canta Calle 13 ahora en el altorparlante del fast food. Si hubieses terminado el cuarto año, no estarías ahora cuchara en mano. Miras el reloj de la pared. Son las 6:43. Dentro de pocos minutos saldrá la manada del cine y la mitad, hará parada en los chinitos. La sonrisa se te asfixia de solo pensarlo. Miras tu reflejo: el negro y el rojo nunca han sido colores que te favorezcan, eres muy jincha para eso. Ya oyes el murmullo de la gente que se acerca, ahora los ves a través del cristal de la vitrina. Entran en procesión: uno, dos, siete, doce personas, familias enteras...Tu jefe ya ha terminado de saborearse tu culo. Ahora le toca a otros, saborear esa comida.
-"¿Quiere pepper chicken?", preguntas.
-"¿Y qué tipo de carne tiene el pepper chicken?" te interroga una señora muy cursi.
No sabes si reir o llorar...si tan sólo hubieses terminado el cuatro año.
2 Comments:
Me gustó mucho, me recordó mis épocas nada lejanas (apenas en el último año) con el servicio al cliente cabrón (que se diferencia del cabrón servicio al cliente y el servicio cabrón al cliente) y cuando también trabajaba para chinos, aunque mi jefe era muy respetuoso. Lo único que no me gustó fue la editorialización, pero supongo que ese era el propósito del escrito.
Jajaja...bárbara.
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