poema a él
no volverán ya los domingos
o tu calor al lado izquierdo de la cama,
se quedarán suspensos los recintos de mi cuerpo,
en donde tus caricias duermen.
en un espacio,
como de infancia,
existirás todo.
allí,
donde despertó el sueño,
en el lugar exacto de tu llegada.
y se cerrarán las ventanas a la luz,
como cuando nos amábamos en el verbo y la palabra.
y no sabré de tiempo, ni de espacio,
ni de vidas ni de muerte:
caerán las sombras en mi cuerpo
al no saber del roce de algún hombre
que no sea aquel que habita
en la huella de tus manos.
se burlarán las horas
de la mujer 20/20
y escribirán en mi pecho
lo que eres y lo que soy,
-para no olvidarte
y no olvidarme.
o tu calor al lado izquierdo de la cama,
se quedarán suspensos los recintos de mi cuerpo,
en donde tus caricias duermen.
en un espacio,
como de infancia,
existirás todo.
allí,
donde despertó el sueño,
en el lugar exacto de tu llegada.
y se cerrarán las ventanas a la luz,
como cuando nos amábamos en el verbo y la palabra.
y no sabré de tiempo, ni de espacio,
ni de vidas ni de muerte:
caerán las sombras en mi cuerpo
al no saber del roce de algún hombre
que no sea aquel que habita
en la huella de tus manos.
se burlarán las horas
de la mujer 20/20
y escribirán en mi pecho
lo que eres y lo que soy,
-para no olvidarte
y no olvidarme.