Lectura en el Tren:1
para hablar de ciudad
tendría que hablar de tu cuerpo,
de cómo las esquinas
se hacen y deshacen
en el cruce inevitable de tus pasos y los míos.
acaso la periferia te esconde
en lo orgánico de un rincón desandado por mis dedos,
a oscuras y a solas.
para hablar de ciudad,
tendría que hablar del silencio,
de cómo he aprendido a recorrer
los mapas invisibles,
tus suburbios,
el jadeo,
el margen de tu mirada
y la humedad en el trópico
de tu calor en el mío.
y todo siempre me remite al centro,
entonces ya no hay orden,
cardo y decumano liman asperezas,
se dobla el tejido en la pirueta de la noche,
todo tiembla.
es que para hablar de ciudad
tendría que hablar de cómo se puebla,
del vaivén desatado entre dos en la habitación,
el el balcón,
en la sala,
en privado y en público:
en cada célula.
dos a todas horas
multiplicando la humanidad.
para hablar de ciudad
tendría que hablar de mi cuerpo,
de cómo has deshecho las esquinas
y a oscuras y a solas
mis manos trazan
tu camino.
en ese instante
los espacios se abren,
se urbaniza el deseo
y yo te estudio en la migración
viscosa que se enhebra de tu beso.
y no
no soy antropóloga,
simplemente sé que para hablar de ciudad,
tendría que hablar de tu cuerpo.
3 Comments:
ay, me lo perdí, pero quee bueno que pude verte aquí... :o) bello...
Fue muy hermoso compartir con mi hermanita menor, lees con mucha dulzura y aún así tus versos y voz se sienten potentes
kalhua..ojala podamos coincidir en una próxima ocasión :)
ana, la dulzura también es un arma de alcance insospechable...;)
abrazos,
jo
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